A los 15 días de su huelga de hambre y a 347 días de su secuestro y privación de libertad, sin derecho a defenderse libre en un proceso justo, transparente e independiente.
Santa Cruz de la Sierra, 23 de febrero de 2022
Querida Jeanine:
Hago a un lado el mayor respeto , comprensión y acuerdo con su extrema decisión de ingresar a una huelga de hambre en contra de tanta atrocidad política, judicial y humana en su contra. Si estuviera en su lugar, probablemente también la hubiera tomado porque la vida robada con sadismo, alevosía, premeditación, pero sobre todo, por la desigualdad del poder político ejercido por todo el aparato estatal en su contra, es una lenta guillotina.
Pero hago a un lado esta verdad para que LA VERDAD no muera, la verdad mayor, la suya, la de la gente honesta, sencilla, comprometida con los ideales de un mundo mejor para el mundo al que pertenece y del cual surgió Ud.: el de la pobreza de la mayoría de los pueblos de Bolivia, el de la lucha por estudiar y aprender, de formar una familia y heredar dignidad y amor al trabajo, al prójimo y a Dios.
La VERDAD está en Ud. Si Ud. desfallece, enferma o muere, nadie la dirá por Ud. Le suplico que dé fin a esta medida extrema, que en su día 15º ha comenzado a afectar sus vías urinarias, con peligro de sus riñones.
Ningún abogado lo hará mejor que Ud. porque, así sus carceleros tengan escrita una sentencia, sólo Ud. puede llevar cualquier juicio de la Inquisición con la voz memorable, fuerte, segura y valiente, como cuando asumió como nadie el deber patriótico de pacificar el país ante el complot del fraude, las renuncias, la fuga, el caos y la anarquía que tramaron para quedarse para siempre.
Nadie, querida Jeanine, nadie gana nada con su inmolación, porque nadie la merece. Mucho menos la merecen quienes la acompañan con LA VERDAD, sus hijos, sus hermanos, sus sobrinos, sus abogados, sus valientes testigos, sus amigos -los que permanecen.
LA VERDAD NOS HARÁ LIBRES, parafrasean a Jesús cuando habló a los judíos. No la huelga que, le repito, también entiendo como su expresión de voluntad.
La queremos, Jeanine…
Y la queremos viva.
Si su voz se apaga, quedará la de ellos.
No les dé el gusto.
Con Ud. y un abrazo con el alma.
Gabriela
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