100 días detenidos en el tiempo y retenidos cada uno en su jaula, como zoológico, como detrás de la tranquera cualquier rebaño.
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100 días detenidos en el tiempo y retenidos cada uno en su jaula, como zoológico, como detrás de la tranquera cualquier rebaño.
-Mierda, ¿a quién se le ocurre colgar los cuadros a diez centímetros del techo?
La oí tronar y supe que era hora de volverse invisible.
¿Qué me faltó hacer? ¿Qué olvidé decir? El tiempo se acabó y con él la historia que no escribí, la novela que viví.