4 días después de la fundación de Santa Cruz de la Sierra a los pies del Turubó, por el Capitán Ñuflo de Chávez, llegado desde Asunción del Paraguay, arribó Pedro del Castillo cruzando la Cordillera de los Andes, desde la gobernación de Chile, a fundar la ciudad de Mendoza, a los pies del Aconcagua, la montaña más alta del continente americano.

Allí también los jesuitas, como en la Chiquitanía, levantaron una obra monumental que pasó a ser administrada por los franciscanos luego de la expulsión de la orden en 1777.

El terremoto de 1861, 300 años después de la fundación de Mendoza, destruyó prácticamente la pequeña ciudad alejada de la capital argentina, Buenos Aires. Una lejanía también similar a la de Santa Cruz de la Sierra de la sede de gobierno boliviana.

Los mendocinos, con el 40% de su población diezmada por la destrucción del terremoto, levantaron la ciudad hermosa que lucen y disfrutan hoy. Desde hace un par de gestiones de su gobierno provincial y su gobierno municipal en coordinación, no sólo han logrado construir un vergel en una zona árida y montañosa, sino que han rescatado y puesto en valor el patrimonio histórico tanto de las ruinas de la misión jesuítica como de la significancia en su historia de los dos años de gobierno que imprimió el Gral. José de San Martín en la región de Cuyo (Mendoza, San Juan y San Luis) sino de la importancia continental del prócer, quien formó el Ejército Libertador de Argentina, Chile y Perú desde allí.

¡Felicidades, Mendoza!

Mendoza, la feliz. Fotos de Gabriela Ichaso®. Octubre de 2022.

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