BlogIntuiciones

Mambo

By 07/07/2020 diciembre 16th, 2020 No Comments

-¿Me acompañás o te quedás? Mirá que ya no aguanto…

-¡Esperá un ratito, que pare la música! ¡No te escuchoooo!

– Ufff, mirame bien. Voy-al-baño. ¿Entendiste? ¿Cómo? ¡Si, allá te espero!

-¡Esperá, voy con vos!

-Mirá la fila que hay, no se puede creer…

-¿Qué hacemos? Si Pato no nos ve, se cae borracha en medio boliche o dormida en cualquier lado.

-Andá, fíjate y volvé, yo no aguanto. Te guardo el turno.

-De acá no se ve nada… ¿Voy y vuelvo?

-Dale. Ay, mirá. Gracias, señora. Claro, después de Ud. que pase mi amiga, que tenemos otra que nos está esperando.

-Mejor me quedo. Por cinco minutos, la Pato no va a hacer un escándalo.

-Apurate, yo entro acá. Mirá qué bien. Hola, gracias. Qué lindo pelo. Te queda bárbaro… Uh, al fin.

-Ay, me muero. Justo me vino, no traje nada, no hay papel en el puto baño.

-¡No podés! Y dejé la cartera en la mesa, al lado de Pato.

-Es que no lo puedo creer. ¡No lo puedo creer!

-Acá tampoco hay papel… ¡Amigaaaaa, señorita, alguna de afuera, me pasa papel, por favor!

-¿Por qué gritan? ¡Se cortó luz! La puta madre.

-Escuchame, me oís. ¿Estás bien, no? No me importa. Yo ahora salgo.

-No, esperá, ¿me oís? No me dejes sola, me siento pésimo.

-Voy a buscar papel o cualquier cosa para salir del paso… Nos vamos con Pato, la dejamos en su casa, te cambiás y volvemos un rato.

-No sé… No me pasa. Me estoy vaciando.

-¡Chicas, las de afuera, me abren la puerta, está trancada o cómo la abro?

-No grités, no hagás lío, esperemos un ratito que se me pase. Estoy como temblando.

-Estás borracha como la Pato. Dejate de joder. ¡Carajo chicas, abren o qué! Ahí volvió la luz, qué puterío. ¿Me escuchan carajos?

-…

-Esperá que me subo al inodoro. Igual no alcanzo…

-Pedí ayuda, por favor. No llamés a casa, pedí ayuda.

-¿Qué te pasa? ¿De qué me estás hablando? Voy a patear la puerta o paso al otro lado por abajo.-Me estoy desangrando…

-Sos una exagerada. En cuanto abra la bendita puerta consigo un paño. ¡Chicas, mujeres, háganse a un lado, voy a patear y me rompo la pierna o esta cosa vuela en pedazos!

-Andá, pedí ayuda y encargale al chico del bar que la cuiden a Pato.

-¡Se destrabó, ahí salgo! No, querida, no me estaba drogando. Entrá y hacé lo que quieras pero traete papel higiénico y un sanitizador porque ese agujero ya estaba hecho un asco. No, no, no, puedo. Tengo que ver a mi amiga, que tampoco puede salir del baño porque parece la noche ha decidido volverse un mambo. Hola, ¿me escuchás? Abrime, podés?

-…

-A ver, ayuden, córranse o dejen de estorbar, hagan campo, hay que abrir esta puerta, mi amiga está descompuesta. ¡Ahí, voy, correte porque te estampo!-…

-¡Dios!¿Qué te pasó? Alguien llame a una ambulancia. Señora, allá al lado de la mesa pegada al bar, en la mesa de al lado, está una amiga, Pato. Dígale, por favor, que ya vamos. ¿Qué te pasó?

-Perdón.

-¿Qué te pasa?¿Por qué llorás?¿Te golpeaste?¿Te lastimaste?

-No. Perdón, perdón, no te dije. No sabía. Esta mañana pensé que después de un ratito, como me dijeron, todo estaba bien, que había pasado.

-¿Qué cosa? ¿De qué me estás hablando?

-Tuve un aborto. Me estoy desangrando…


* Publicado en el II Mundial de Escritura, durante la primera quincena de julio de 2020.

Leave a Reply