BlogPara que conste en acta

365 días de la ex Presidenta presa política

By 13/03/2022 marzo 31st, 2022 No Comments

Va a hacer un año que subí a un avión con rumbo a la puerta del penal de Obrajes, adonde habían trasladado a Jeanine Añez Chávez luego de su secuestro en Trinidad la madrugada del 13 de marzo en un operativo contra una mujer sola como nunca se vio contra ningún narco, ni violador, ni asesino, ni pedófilo.

Sola de soledad, sola de partido político, sola de viudez, sola como aprenden a vivir las mujeres que lo han vivido casi todo, asumieron con lo mejor de sí todas las responsabilidades que la vida les puso en los hombros y duermen con la conciencia tranquila.

En la calle, cruzando la acera encontré a su hija, a su hijo y a una periodista con la que nos conocíamos por otros temas, como los incendios en la Chiquitanía. Me presenté a los jóvenes y nos abrazamos. Caminamos hasta una librería del sur paceño y volvimos a dejar libros en la ventanilla de la cárcel.

No sé si ya lo escribí, pero antes de que asuma la Presidencia para mí Jeanine Añez era una desconocida. Cuando la vi cargar sobre sus espaldas el zafarrancho incrustado en un país tan rico, diverso y de contrastes, el zafarrancho enredado, anquilosado, obsoleto del Gobierno nacional, el zafarrancho nebuloso, violento, irreconciliable, del tejido político y sindical, caí figuradamente de bruces y pedí piedad por ella. Quienes hemos cumplido funciones ministeriales mucho antes, particularmente quienes somos ajenos a la idiosincracia de la sede de Gobierno, sabemos que el Estado anterior al de los últimos 15 años y el de los últimos 15 años, como agravante, es un lastre nacional.

Hace casi un año que la mayor parte de mis lecturas y de mis escrituras la acompañan. Hace un año que miro el mundo a través del horror de mantener detenida a una ex Presidenta de Bolivia, condenada por quienes abandonaron el país a su suerte, y de impedirle defenderse en libertad de las denuncias planificadas en un montaje sin precedentes, de las imputaciones de terrorismo, sedición y conspiración contra una mujer que estaba con su pitita en una esquina de Beni.

Hace casi un año que la visito cuando puedo ir a La Paz. El domingo pasado quise viajar a verla y no autorizaron mi ingreso al penal. Se lo negaron mientras que, siendo un día de visitas para todas las privadas de libertad, las demás recibían a los suyos.

Hace unas horas recibí estos primorosos individuales de manos de su hija, tejidos y enviados por las manos valientes de su madre para mí, un tejido que tiene un valor incalculable y que atesoro con el corazón compungido. Quisiera hacer más por ella y con el alma hecha un nudo, le agradezco y le sigo pidiendo que resista.

Pronto volveré, Presidenta. Yo no la abandono.

Leave a Reply