Quien ha vivido un ciclón o un huracán sabe que la única forma de salvar la vida es protegerse entre cuatro paredes y un techo construídos a prueba de ellos o meterse en una cueva alta en la montaña o evacuar el mundo entero situado a su paso. No hay otra. Lo demás son recetas de escritorio. Es un hecho de la naturaleza, lo suficientemente serio como para encima tener que estar leyendo de que los humedales y los bosques, en este momento fuera de contexto… El terremoto, el huracán, el maremoto, la avalancha, suceden imposibles de aminorar y anteceden…
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