Somos seres solidarios ante el clamor de ayuda, por lo general. A veces nos preguntamos, cuando vemos al niño ofreciéndose a limpiar el vidrio de un auto, a cuidar un vehículo estacionado o haciendo piruetas en los semáforos, si estamos haciendo bien o mal al darles unas monedas porque nos asalta la duda de si el dinero irá a realmente cubrir una necesidad propia o si lo destinará a clefa u otra droga, e inclusive dudamos si detrás del niño no habrá una persona que lo explota. Seguimos de largo y otro tema ocupa nuestro instante siguiente.
Aldeas Infantiles SOS ha lanzado una campaña para ocuparnos de lo que realmente importa: cómo hacemos para involucrarnos e ir un poco más allá de la preocupación y la pena que nos causa el abandono infantil y todas las formas de la violencia hacia la infancia, cómo hacemos para involucrarnos en la modificación de una realidad espeluznante. En América Latina, 70 millones de niños son pobres y están expuestos al trabajo infantil o a la situación de calle. Alrededor de 2,5 millones de niñas y niños son víctimas de explotación sexual. En Bolivia, más de medio millón de niños están en riesgo de no vivir en una familia; alrededor de 200.000 niños y niñas viven con algún otro familiar y 80.000 con otras personas con las que no tienen parentesco; 30.000 niños y niñas, temporal o permanentemente, requieren servicios de acogida institucional o familiar porque su derecho a vivir en su familia ha sido vulnerado.
Son datos escalofriantes y podemos actuar de dos maneras ante ellos: Lamentarnos y esperar «que hagan algo las autoridades» o sumarnos activamente a la campaña #MeImportan, aportando y enterándonos de qué podemos hacer desde el lugar o el rol que nos ocupa.
A mí #MeImportan y asumo la tarea que me asignen los organizadores. Te invito a conocer más, a sumarte y además de apoyar, brindarte a actuar en aquello que te creas capaz o veas posible.
Gracias por leer hasta acá. Ahora, cambiemos entre muchos esta terrible realidad.
Me uno para aportar ideas