Amparo Carvajal tiene 84 años, cáncer y una operación de cadera reciente. Es presidente de la APDHB y duerme sobre un cartón en la calle frente a la puerta de la sede institucional, la cual fue avasallada y tomada por la fuerza por militantes del régimen de Evo Morales y Luis Arce a la cabeza de Salazar. La Policía protege, impávida frente a la indefensión y el sacrificio de doña Amparo, a los usurpadores y violentos masistas.
El Cabildo cruceño del 4 de octubre marcó un antes y un después en la historia del país. Confluyeron factores determinantes que unificaron un sentimiento de hartazgo generalizado y una participación inédita de la población presente y a distancia, a nivel nacional. El incendio de la Chiquitanía y la solidaridad de los 9 departamentos ante este desastre del que nadie se sustrajo y por el contrario, conmovió a ayudar de todas las formas posibles desde cada rincón de Bolivia, encontró una forma de organización civil voluntaria inédita.
Evo tiene razón cuando denuncia una conspiración. Es la de los que dicen que el pueblo en las calles paralizadas o marchando es precarnavalera; que la protesta boliviana es contra los collas; que primero está el Dakar antes de responderle al Presidente por qué no se consultó al pueblo un nuevo Código Penal; que esgrimieron un tratado internacional que protege los derechos fundamentales de las personas por su sobrevivencia con dignidad y libertad para urdir una reelección negada por la Constitución vigente y por el 21 de febrero de 2016; que existe un «detrás» de esta protesta nacional como si…