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El socialismo jesuita

Evo Morales condecora con el Cóndor de los Andes, máxima distinción del Estado boliviano, a los sacerdotes jesuitas Xavier Albó y Mauricio Bacardit, por su vida dedicada a la defensa de los derechos humanos y la democracia

 

En el día de mis Ignacios, hijo y nieto, y de San Ignacio de Velasco, y de San Ignacio de Moxos, una mención especial al Ignacio más universal de la historia.

En el día de San Ignacio de Loyola, mis respetos a la Orden Jesuita, a la Compañía de Jesús, expulsada de América por proteger a los nativos, enseñarles a tocar y construir música, a vivir en comunidad, a pintar y a tallar, a cultivar la tierra y seguir respetando la naturaleza, a leer y escribir en dos idiomas, a predicar un Dios que ama y a vivir como predicaron. Les enseñaron sin hacerlos esclavos, impidieron que se los llevaran como esclavos.
Lo más parecido al socialismo que hubo por estos lares, nada que ver con otredades «pluris», «oenegeístas», «republicanas» ni comunistas.

No le echen la culpa sólo a los reyes y a los virreyes ni a los españoles conquistadores, de los abusos y de las desgracias, ni de ser los únicos responsables de apartar a los que hicieron bien, contraviniendo la demanda de mano de obra para la Colonia y para el Reino, que esos se fueron también hace harto.

A los aprovechadores de entonces, como a los de ahora, les viene bien la mala prensa, bien ganada, de la Corona.

Por el camino y por la obra de los jesuitas, otro sería, sin duda, el destino de cualquier sociedad que siguiera y practicara su ejemplo, el voto por la educación, la pobreza, la cultura, como el de Jesucristo. Sin castigo ni ambición, recibiendo, viviendo y dejando el mundo como el lugar más parecido al Paraíso que Dios nos dio.

One Comment

  • Marta Elcuaz dice:

    Me gustó mucho. En vez de castigar educaron, enseñaron y enseñaron. Lograron resultados que a pesar de la expulsión siguen vigentes. Parece un milagro!

     

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