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El #21F, Día del Ciudadano

 

Con la etiqueta o hashtag –herramienta utilizada en las redes sociales para establecer una consigna de búsqueda temática- #21F, varias plataformas –espontáneas algunas, organizadas otras- han coincidido en convocar a las plazas y otros espacios públicos de varias ciudades de Bolivia a recordar el 21 de febrero de 2016. Esta fecha, el año pasado, fue emblemática. Tras diez años de ejercicio totalitario del Gobierno por parte del Movimiento al Socialismo, a la cabeza de su líder, el Presidente Evo Morales, por primera vez en una década, sin cabeza visible de oposición ni participación frontal de ningún partido político, ganó la opción contraria a la propuesta gubernamental:  el No a la repostulación del actual mandatario y su vicepresidente a una próxima nueva elección para los mismos cargos el año 2019.  Fue un resultado contundente y revelador e imposibilitó la modificación de la Constitución Política del Estado con tal fin.






 

Este revés político ha sido el eje del debate sostenido por el propio Gobierno nacional malherido en su proyecto vitalicio y en el amor propio del poder, por encima de los temas diarios y concretos que esperan acciones y resultados desde hace mucho más tiempo que el transcurrido a lo largo de nuestra vida.  Podríamos decir que si se tratara únicamente de una persona y no de una institución, el tema se ha convertido en el trastorno obsesivo compulsivo más evidente que se recuerde en la historia de la democracia desde fines del siglo pasado.

 

No sólo rechazan el descontento popular traducido en las urnas acerca de validar una cuarta elección para Evo Morales, fuera de la Constitución Política del Estado que su mismo partido diseñó y aprobó en Asamblea Constituyente, sino que escamotean la validez del Referendum realizado.

 

Buscan la manera de perpetuar un modo de gobernar reñido con los valores democráticos de institucionalidad, separación de poderes, legalidad, libertad y justicia.  Al igual que algunos antecesores y otras autoridades, creen que los destinos de una nación están sujetos al poder de una persona, sólo porque apuntaron sus estrategias a que así pareciera y así se temiera.






 

Ahora que probablemente realizarán una nueva convocatoria a referéndum para volver a preguntar aquello sobre lo que ya recibieron el No contundente hace un año, amenazan con llamar a las calles a la claque para medir fuerzas el mismo 21 de febrero que viene, con las plataformas movilizadas que llaman a festejar y recordar aquel día ciudadano.

 

Menuda irresponsabilidad la del Gobierno y he aquí que como ciudadana, invoco públicamente a sus dirigentes, Ministros, Vicepresidente y Presidente a evitar la confrontación y la violencia.  Tienen años de experiencia en provocar actos de intimidación, especialmente antes de la caída de un Presidente constitucional, febrero y octubre negros.  Tienen 11 años de Gobierno y están en el poder. Han hecho lo que han querido.

 

Este 21 de febrero dejen celebrar y manifestarse a los que dijeron No. Este 21 de febrero los jóvenes quieren un día del ciudadano y a eso están llamando. Ahí van a estar miles de muchachos de la edad de mis hijos. No me digan, Gobierno nacional, que ustedes van a salir a demostrarles cuánto poder tienen, a infiltrarles violentos, a provocar heridos e inventar una conspiración. Ya sabemos que lo hacen.






 

Este 21 de febrero, si Uds. salen, yo también voy a salir. No a festejar el día del ciudadano porque descreo en la existencia de una ciudadanía pero sí voy a salir a defender el derecho de estos jóvenes, jóvenes como mis hijos, de festejar en democracia, de creer en una ciudadanía posible, de ser y hacer parte del país que quieren para ellos y para las nuevas generaciones.

 

Salen ustedes, Gobierno nacional, a enfrentar a los muchachos y salgo yo. Estoy segura que conmigo van a salir otras madres a defender el derecho de sus hijos a vivir en el país que soñaron para ellos, un país libre, pacífico y democrático.





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